| ★ UNIVERSIDADES |
(★) Argentina.- La educación pública argentina vuelve a las calles en defensa de su existencia.
Federaciones docentes convocan a un paro nacional del 1 al 6 de diciembre contra el congelamiento salarial y la suspensión de la Ley de Financiamiento Universitario.
El conflicto universitario escala a niveles críticos mientras el gobierno de Javier Milei mantiene su política de ajuste sobre la educación superior. Las federaciones docentes Adunc y Conadu Histórica, agrupadas en la CTA Autónoma, lanzaron un paro nacional de una semana que paraliza las universidades de Neuquén, Río Negro y todo el país desde este lunes.
La medida responde a un combo explosivo: salarios que perdieron alrededor del 40% de poder adquisitivo desde que asumió el gobierno de Milei, la suspensión mediante decreto 759/25 de la actualización salarial del 40,25% prevista para julio, y el incumplimiento flagrante de la Ley de Financiamiento Universitario 27.795. Esta norma, aprobada por el Congreso, establece actualizaciones automáticas según el IPC y destina fondos adicionales para becas, infraestructura y condiciones laborales.
Pero la bronca docente no se limita al bolsillo vacío. El panorama se oscurece con los proyectos de reforma laboral, previsional y tributaria que avanzan en el Congreso, sumados a un presupuesto 2026 que consolida el ajuste y una deuda con el FMI que no para de crecer. "Como si fuera poco, el panorama parece empeorar", denuncian desde los sindicatos.
La advertencia es clara y contundente: si el gobierno no revierte su política de desfinanciamiento histórico, el ciclo lectivo 2026 podría no comenzar. Carlos De Feo, secretario general de Conadu, fue terminante: "La situación de la universidad es sumamente crítica y si el gobierno no ofrece una solución las consecuencias de este desfinanciamiento histórico de la educación superior llevarán a una crisis que costará muchos años revertir".
Mientras las aulas se vacían esta semana, la comunidad universitaria demuestra que la defensa de la educación pública no es negociable. La consigna resuena en cada facultad: "Universidad pública siempre, con salarios dignos". El mensaje al gobierno es claro: sin financiamiento, no hay clases. Y sin universidad pública, no hay futuro.