| ★ OPINIÓN |
(★) Argentina.- Mientras en Roca decomisan armas con inscripciones oficiales, en el Congreso discuten si una legisladora detenida en EEUU con un kilo de cocaína merece su banca.
La policía rionegrina, en un operativo digno de película de acción, desarticuló diez kioscos narco con la precisión de un cirujano. Secuestraron armas con inscripciones que parecen souvenirs institucionales: "Ejército Argentino", "Policía Federal", "Policía Especial". Parece que el Estado no sólo regula el mercado, sino que también provee el armamento.
Mientras tanto, en el Congreso Nacional, nuestros honorables legisladores debaten con la seriedad de un tribunal de la Inquisición si Lorena Villaverde, detenida en EEUU con un kilo de cocaína, es "apta" para ser diputada. La discusión filosófica es profunda: ¿Qué pesa más en la balanza de la ética política? ¿Un kilo de cocaína o el derecho a una banca?
La ironía es deliciosa: en Roca decomisan 26 gramos de marihuana y 12,7 gramos de cocaína con operativos de 50 efectivos, mientras en el Congreso evalúan si una persona con 1.000 gramos de cocaína puede legislar. La escala es reveladora: para el pequeño narcotraficante, todo el peso de la ley; para la posible senadora, el beneficio de la duda.
La derecha, siempre coherente, defiende el "estado de derecho" mientras discute si el estado de inconsciencia por cocaína es impedimento para legislar y trata de explicar que hay contextos. El contexto, claro, es que en EEUU la cocaína es más cara.
Mientras la policía rionegrina enfrenta piedras de vecinos indignados, el Congreso enfrenta algo peor: tener que pensar.
