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(★) México.- ¿Qué sucede cuando una víctima de violencia digital decide que su nombre no será sinónimo de vergüenza sino de justicia colectiva?
Según el análisis de Revista Abogacía, "Llamarse Olimpia" (Indira Cato, 2025) representa un hito en el documental latinoamericano contemporáneo, donde la intimidad digital se convierte en territorio de lucha política. La película, que obtuvo el Premio Mezcal a mejor película mexicana en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, documenta cinco años del activismo de Olimpia Coral Melo, quien a los 18 años fue víctima de difusión no consentida de un video íntimo.
La Cadera de Eva destaca que el documental, producido de forma autónoma por Chumbera Producciones con equipo 100% femenino, acompaña el proceso de reapropiación del nombre de Olimpia y el activismo colectivo que derivó en la llamada Ley Olimpia. Según el medio, esta legislación ha sido incorporada en los códigos penales de las 29 entidades federativas mexicanas y a nivel federal, sirviendo como referente para toda Latinoamérica.
Diario Red señala que la película cobra especial relevancia en 2025, año en que la ONU dedica su campaña contra la violencia de género a combatir la violencia digital bajo el hashtag #EsViolenciaDigital. El documental muestra cómo Olimpia, acompañada por su madre y el grupo "Defensoras Digitales", transformó su experiencia personal en una lucha que situó a México como uno de los primeros países del mundo en tener legislación específica contra la violencia digital de género.
La Revista Abogacía analiza que el documental opera desde una "ética de la autorrepresentación", donde la protagonista no es objeto de estudio sino sujeto que educa al espectador sobre cómo nombrar la violencia ("no es revenge porn; es violencia digital") y alfabetiza jurídicamente sobre los pasos legales a seguir. La obra construye un "contraarchivo" que reemplaza el video que violó la intimidad de Olimpia por determinaciones judiciales, pancartas y muestras de solidaridad colectiva.
La trascendencia del movimiento, según La Cadera de Eva, ha inspirado reformas en Argentina (Ley Ema), Ecuador, Panamá y sigue expandiéndose como iniciativa en Uruguay, República Dominicana, Bolivia, Colombia, Guatemala y Honduras. El documental, disponible en MUBI, se convierte así en herramienta pedagógica y de memoria colectiva que cuestiona: ¿basta legislar o necesitamos alfabetización digital y jurídica para proteger la intimidad en internet? ¿Cuáles son los estereotipos que subyacen a quienes realizan este tipo de violencias?