| ★ OPINIÓN |
(★) Argentina.- Dos apellidos que suenan a empresa de importación de electrodomésticos se reúnen para "reafirmar valores compartidos de libertad".
La Casa Rosada huele a colonia de aeropuerto y a acuerdos comerciales que beneficiarán principalmente a quienes ya tienen pasaporte. Lamelas y Santilli -nombres que parecen sacados de un catálogo de muebles de oficina- se reúnen para "ampliar el intercambio comercial" mientras el país se desangra en ajustes. Qué casualidad que justo cuando llega Milei se activa el protocolo de la prosperidad mutua.
El embajador estadounidense, que en un mes ya conoció a todo el gabinete libertario menos al perro de Milei, viene a firmar acuerdos que eliminarán aranceles para productos yanquis mientras aquí se discute si la carne llegará a la mesa de los trabajadores. Santilli, el ministro que mejor representa la continuidad macrista en este gobierno anarco-capitalista, recibe al representante del imperio con la sonrisa de quien sabe que su apellido ya es curriculum suficiente.
Lo más gracioso: llaman "acuerdo histórico" a lo que básicamente es "dame tu mercado y te doy mi bendición neoliberal". Mientras tanto, la CGT cena con Massa y el PJ se fractura. El circo sigue, pero los payasos principales ahora tienen apellidos que riman con "pelotas", pero con más clase y menos chistes fáciles.
