| ★ EXTRACTIVISMO |
(★) Argentina.- La megaminera suiza vuelve a Catamarca tras el cierre de 2018, aprovechando un "régimen fiscal robusto" que prioriza ganancias corporativas sobre la protección ambiental
La transnacional Glencore anunció la reactivación de la mina Alumbrera en Catamarca para fines de 2026, según reportan medios especializados. La producción comenzaría en 2028, generando aproximadamente 75.000 toneladas de cobre, 317.000 onzas de oro y 1.000 toneladas de molibdeno en cuatro años.
Esta resurrección extractivista no es casual: coincide con lo que la propia empresa describe como un "contexto de régimen fiscal robusto que brinda mayor apoyo a la inversión minera". Traducción: beneficios impositivos que vacían las arcas públicas mientras externalizan los costos ambientales.
La estrategia es clara: usar Alumbrera como plataforma operativa para acelerar los megaproyectos MARA (Agua Rica) y El Pachón en San Juan, que sumarían inversiones por US$13.500 millones. Glencore ya solicitó adhesión al Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), el paquete de privilegios fiscales que consolida el modelo extractivo.
El discurso corporativo habla de "electrificación global" y "transición energética", pero oculta que esta minería a cielo abierto consume millones de litros de agua diarios en regiones semiáridas, contamina con metales pesados y desplaza comunidades. Mientras el precio internacional del cobre ronda US$4,85 la libra -según Dinámica RG-, las ganancias se fugan y los pasivos ambientales quedan.
La reactivación de Alumbrera no es desarrollo: es la profundización de un modelo colonial que sacrifica territorios y bienes comunes en el altar del crecimiento económico. Catamarca merece alternativas reales, no más promesas vacías de progreso que sólo dejan desierto y dependencia.
