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(★) EEUU.- La lucha de las trabajadoras de Starbucks en Nueva York marca un hito histórico en la defensa de derechos laborales.
Starbucks acordó pagar 35 millones de dólares a más de 15.000 trabajadores de Nueva York tras una investigación que reveló violaciones sistemáticas de la ley de horarios predecibles. La empresa multinacional cometió más de medio millón de infracciones desde 2021, según el Departamento de Protección al Consumidor y Trabajador de la ciudad. Cada trabajador recibirá 50 dólares por cada semana laborada entre julio de 2021 y julio de 2024, en lo que constituye el mayor acuerdo de protección laboral en la historia de Nueva York.
La noticia llegó en medio de una huelga abierta que ya involucra a más de 120 tiendas en 85 ciudades. En Brooklyn, el alcalde electo Zohran Mamdani y el senador Bernie Sanders se sumaron a las piqueteras, fortaleciendo el reclamo colectivo. "Estas no son demandas de codicia, son demandas de decencia", declaró Mamdani, mientras Sanders denunciaba que Starbucks se niega a negociar un contrato justo cuatro años después de la primera votación sindical en Buffalo.
Las trabajadoras describen condiciones caóticas: subcontratación crónica, órdenes online tan complejas que el ticket supera el tamaño de la taza, y llamados de último minuto para cubrir turnos. La investigación municipal confirmó que la mayoría nunca tuvo horarios regulares, dificultando la planificación de cuidados infantiles, educación u otros trabajos. Starbucks también negó oportunidades de tomar turnos extras, manteniendo a su personal como part-time incluso cuando querían trabajar más horas.
La empresa, que enfrenta presiones por ventas estancadas y competencia creciente, intenta recuperarse prometiendo "el mejor trabajo en retail". Pero su discurso choca con la realidad de quienes sostienen las tiendas. El acuerdo incluye 3,4 millones en multas civiles y garantiza reincorporación para quienes fueron despedidas durante cierres recientes.
Esta victoria muestra cómo la organización colectiva, respaldada por regulación municipal progresista y apoyo político, puede enfrentar a gigantes corporativos. La huelga continúa, exigiendo lo que las trabajadoras merecen: contratos sindicales que garanticen protección laboral, mejor dotación de personal y salarios dignos. La lucha sigue, pero este acuerdo marca un precedente contundente contra la impunidad empresarial.
