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(★) Argentina.- Con votos peronistas y repudio masivo en las calles, Mendoza entrega su cuenca hídrica al extractivismo
La historia se repite como tragedia en Mendoza. Este martes, el Senado provincial aprobó la Declaración de Impacto Ambiental del proyecto minero San Jorge, abriendo las puertas a la primera explotación de cobre en Argentina. Con 29 votos a favor y sólo 6 en contra, el gobierno de Alfredo Cornejo logró lo que hace 14 años había sido rechazado por unanimidad: entregar la cuenca del Río Mendoza a los intereses de las multinacionales.
La votación expuso las profundas fisuras del sistema político. Cinco senadores peronistas cruzaron la línea para apoyar al gobierno radical, demostrando que cuando se trata de negocios extractivistas, las diferencias partidarias se diluyen. Mientras el oficialismo celebraba este "hito productivo" que promete 560 millones de dólares de inversión, las organizaciones socioambientales recordaban que Salta y Jujuy siguen siendo pobres pese a su riqueza minera.
Afuera de la Legislatura, la realidad era otra. Miles de personas llegadas desde Uspallata y el Valle de Uco coreaban "El agua no se negocia" en una movilización que mostró la ausencia total de licencia social para el proyecto. La policía montó un operativo de seguridad desproporcionado, pero no pudo silenciar el repudio popular que crece ante la amenaza sobre el recurso más preciado en una provincia con crisis hídrica estructural.
Los argumentos técnicos sobran: la Universidad Nacional de Cuyo y el Departamento General de Irrigación habían presentado objeciones fundamentadas. El gobierno promete que el 90% del agua se recirculará, pero las comunidades saben que los controles son insuficientes y los riesgos, irreversibles. Ahora comienza un camino judicial y de resistencia que promete extenderse hasta 2027, cuando podría iniciar la explotación.
Mendoza enfrenta nuevamente la disyuntiva entre "desarrollo minero" y sustentabilidad, pero esta vez con un agravante: la complicidad transversal de una clase política que prioriza las ganancias empresariales sobre la protección de los bienes comunes. Mientras Cornejo y Milei celebran su alianza extractivista, el pueblo mendocino ya anunció que la lucha por el agua recién comienza.