| ★ POLÍTICA |
(★) Argentina.- Un mensaje de terror contra la organización obrera en pleno debate por la reforma laboral.
La madrugada del domingo se tiñó de violencia política cuando encapuchados ingresaron profesionalmente a la sede del Sindicato del Vidrio (SEIVARA) en Buenos Aires. El ataque apuntó directamente a las oficinas de Cristian Jerónimo, uno de los secretarios generales de la CGT y de los principales opositores a la reforma laboral del gobierno dentro de la central obrera. Los perpetradores desactivaron cámaras de seguridad, ingresaron por un edificio lindero y arrasaron con todo: computadoras destrozadas, mobiliario demolido, papelería esparcida. No fue un robo común sino una operación de intimidación calculada.
El momento no es casual: ocurre a tres días de la masiva movilización convocada por la CGT para este jueves 18 de diciembre en Plaza de Mayo, en rechazo al proyecto que busca desmantelar derechos laborales históricos. Jerónimo, con apenas 41 años, se ha convertido en el dirigente de la CGT que mayor resistencia plantea frente a una reforma redactada por estudios jurídicos de grandes empresas. Su oficina fue específicamente seleccionada como blanco, en lo que desde el gremio califican como "un claro mensaje político".
La CGT ya denunció que el gobierno impulsa su reforma sin diálogo alguno, imponiendo una lógica de confrontación que ahora escala a niveles peligrosos. El ataque exhibe la profesionalidad de los autores: conocían el edificio, desactivaron sistemas de seguridad y actuaron con precisión. Desde la central obrera exigen una investigación profunda y sin condicionamientos, mientras Jerónimo afirma que este hecho "fortalece la convicción de seguir adelante con el plan de lucha".
La escalada represiva busca amedrentar al movimiento obrero en un momento clave, pero la historia muestra que estos intentos de silenciamiento suelen tener efecto contrario. La solidaridad sindical se fortalece frente a la violencia, y la marcha del jueves podría convertirse en una respuesta contundente no sólo contra la reforma laboral, sino contra cualquier intento de acallar la voz de quienes defienden derechos conquistados con décadas de lucha colectiva.