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(★) Chile.- Mientras el Estado celebra el Día Nacional de las Áreas Protegidas, 428 concesiones salmoneras convierten reservas en vertederos químicos.
La Patagonia chilena se desangra en silencio, sus fiordos azules transformados en trampas ecológicas donde la industria salmonera —esa maquinaria extractivista disfrazada de progreso— opera con impunidad dentro de los mismos territorios que deberían estar protegidos por ley. Según los datos oficiales que recopila la campaña Defendamos Patagonia, existen 408 concesiones activas dentro de unidades de conservación estatal, con 313 en la Reserva Nacional Las Guaitecas, 66 en la Reserva Nacional Kawésqar y otras distribuidas en parques nacionales como Alberto de Agostini e Isla Magdalena —una contradicción estructural que revela cómo el capital transnacional ha secuestrado la soberanía ambiental del Estado. El biólogo marino Alejandro Pérez-Matus advierte que estas jaulas industriales convierten los ecosistemas en "trampas ecológicas", degradando el hábitat de especies locales mientras 5,4 millones de salmones escapados en la última década alteran irreversiblemente la biodiversidad marina.
Daniel Caniullan, buzo y pescador histórico de Aysén, testimonia la realidad que las autoridades invisibilizan: "Los impactos van aumentando y los gobiernos guardan silencio cómplice". Los números son elocuentes: 42% de las concesiones salmoneras del país operan dentro o colindando con áreas protegidas, violando la Ley 19.300 y la Convención de Ramsar. Toneladas anuales de antibióticos generan resistencia bacteriana, columnas de agua sin oxígeno asfixian la vida marina, fondos marinos muertos y bordes costeros destruidos completan el paisaje del desastre. La Comunidad Kawésqar Grupos Familiares Nómades del Mar denuncia el lobby salmonero que manipula información para destruir el plan de manejo de su reserva ancestral.
Y la resistencia se organiza. Juan Carlos Viveros de Defendamos Patagonia recuerda el desastre de 2021 en el fiordo Comau —5.000 toneladas de salmones muertos en área protegida— como punto de inflexión que impulsó la campaña "Áreas Protegidas Sin Salmoneras". Exigen salida inmediata de concesiones, prohibición de nuevas instalaciones y fondo de restauración ecológica financiado por la industria. El presidente Boric anunció en Magallanes el fin de las concesiones en áreas protegidas, pero fue sólo discurso sin avances concretos.
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