| ★ SANITARISMO |
(★) Argentina.- Mientras las farmacéuticas celebran récords históricos, las coberturas vacunales se desploman en los territorios más vulnerables, exponiendo la fractura de un sistema que prioriza el lucro sobre la salud colectiva.
La contradicción emerge con crudeza cuando se contrastan las cifras globales —154 millones de vidas salvadas en 50 años según la OMS— con la realidad local donde la Dra. Florencia Coronel en Santiago del Estero reconoce que "no llegamos a las coberturas necesarias" pese a contar con más de 600 vacunatorios y mil agentes sanitarios, una paradoja que desnuda cómo la gratuidad formal no garantiza el acceso real cuando las políticas públicas abandonan la perspectiva territorial y comunitaria. La falsa sensación de seguridad que menciona la epidemióloga —esa donde "muchos padres jóvenes no vivieron la percepción del riesgo"— se convierte en el síntoma de un sistema sanitario que ha naturalizado la medicalización de la pobreza mientras desmantela progresivamente las estrategias de prevención primaria, dejando a las comunidades más postergadas a merced de enfermedades que deberían ser historia.
En Santa Fe, el programa "Las vacunas salvan vidas" aplicó más de 8.000 dosis pero enfrenta el desafío de derribar mitos que frenan la vacunación. La directora Constanza Ramos identifica creencias como que "las vacunas enferman" o que cualquier fiebre posvacunal es señal de alarma. Las coberturas cayeron en todas las edades, especialmente entre adolescentes y jóvenes. El rebrote de tos convulsa y el riesgo de reintroducción de sarampión exigen acelerar el ritmo. Todos los biológicos están disponibles, pero los porcentajes de vacunación son bajos de manera generalizada.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) celebra que las vacunas salvan seis vidas por minuto desde 1974, pero la región enfrenta nuevamente brotes de sarampión pese a haber sido declarada libre de la enfermedad en 2016. La inmunización previene entre 3,5 y 5 millones de muertes anuales.