viernes, 28 de noviembre de 2025

LA DIVISIÓN ESTRATÉGICA: CÓMO LA EXTREMA DERECHA FRAGMENTA LAS LUCHAS DISIDENTES

| ★ DERECHOS |

(★) Internacional.- Una nueva organización internacional que excluye a las personas trans busca dividir al movimiento LGTTBIQ+ con el apoyo explícito de sectores reaccionarios globales.

La historia de las luchas por la diversidad sexual y de género siempre ha estado marcada por tensiones internas, pero lo que está ocurriendo ahora con la creación de LGB International representa una estrategia de división orquestada desde las derechas más extremas. Esta agrupación, que nuclea organizaciones de más de 15 países, se presenta como una "declaración de independencia" del movimiento LGTTBIQ+, argumentando que las luchas por la orientación sexual han sido relegadas por las cuestiones de identidad de género.
Lo que más llama la atención es que esta supuesta "independencia" no se declara contra la heteronormatividad, sino contra el propio movimiento disidente. Sus argumentos coinciden casi textualmente con los discursos de la extrema derecha: reivindican el "sexo natural" contra la construcción cultural del género, critican los procesos de transición y cuestionan la existencia de identidades no binarias. Su principal línea de acción consiste en difundir testimonios de "detransitioners" -personas que se arrepienten de su transición-, los mismos casos que son amplificados por influencers de ultraderecha.
Esta división no es casual ni espontánea. En Argentina, organizaciones como Manada Argentina -que recibió el Premio a la labor en Derechos Humanos del Senado con apoyo de la vicepresidenta Victoria Villarruel- celebraron públicamente la creación de LGB International. Detrás de estas agrupaciones se encuentra una red internacional coordinada que incluye a PRODECI, vinculada a Alliance Defending Freedom, una ONG estadounidense que se jacta de "ganar la batalla contra la ideología de género".
La estrategia es clara: mientras la extrema derecha mantiene temporalmente algunos derechos de gays y lesbianas, concentra su ofensiva contra las personas trans, como ya ocurre en Estados Unidos con las restricciones a la identificación de género en documentos. Se trata de una fragmentación calculada que busca debilitar la fuerza colectiva del movimiento disidente, legitimando discursos de odio bajo la apariencia de "defensa" de ciertos sectores.
En un contexto donde las derechas avanzan globalmente contra los derechos conquistados, esta división artificial representa un peligroso retroceso. La verdadera fuerza del movimiento siempre ha estado en su capacidad de unir diversas identidades y experiencias contra un sistema opresor común. Dividir para reinar: la vieja táctica del poder ahora aplicada con precisión contra quienes desafían las normas establecidas.