viernes, 28 de noviembre de 2025

EL CARIBE COMO PUNTA DE LANZA

| ★ POLÍTICA |

(★) Venezuela.- ¿Quién necesita petróleo cuando puede invadir con excusas?

El Caribe se ha convertido en esa gigante bahía donde los portaaviones estadounidenses navegan como tiburones acechando las aguas limítrofes de Venezuela, mientras el jefe del Estado Mayor Dan Caine recorre la región como un virrey moderno que inspecciona sus dominios coloniales. Según el análisis del geógrafo Carlos Severino Valdés, esta reedición de la Doctrina Monroe —que mantuvo la intervención estadounidense en la política latinoamericana durante el siglo XIX— encuentra su justificación en la narrativa del narcotráfico, un discurso que el experto califica de "no creíble" por sus múltiples fisuras y fracturas históricas. La verdadera punta de lanza del operativo Lanza del Sur anunciado por el secretario de Guerra Pete Hegseth apunta directamente al reposicionamiento geopolítico de Estados Unidos frente al avance chino y ruso en la región, un reposicionamiento que busca afirmar que "esa región le pertenece a Estados Unidos" como lo habían dicho tanto tiempo atrás.
Portaaviones rondan. Equipos aéreos rehabilitan bases. Despliegue militar ocupa espacio. La narrativa oficial habla de narcotráfico venezolano. Pero Severino desmonta: China tiene inversiones cuantiosas en América Latina. Rusia avanza. Colombia tiene siete "cuasibases" estadounidenses. El mercado de drogas en EE.UU. sigue intacto. La general Laura Richardson declaró públicamente la intención de reposicionarse. Petro en Colombia se convirtió en piedra en el zapato. Ecuador ya no tiene base en Manta. Paraguay, Bolivia, Perú y Guyana completan el mapa de aliados históricos.
Y mientras las lanchas explotan en el Caribe bajo el pretexto antinarcótico, el académico descarta una invasión terrestre —que requeriría 150.000 efectivos— pero advierte sobre la posibilidad de que resurjan las guerrillas en Venezuela y Colombia, recreando la lucha armada que tanto costo humano dejó en la región. La tensión podría terminar en un ataque "quirúrgico" que impacte pistas aéreas ilegales o fábricas de drogas, manteniendo la farsa narrativa, aunque lo más probable —según Severino— es que las presiones ciudadanas e internas obliguen a Washington a sentarse a negociar con Maduro. ¿Hasta cuándo el Mediterráneo americano seguirá siendo el patio trasero donde se juegan las guerras por proxy del siglo XXI?