| ★ ECONOMÍA |
(★) Argentina.- El organismo estadístico corrigió al alza datos de julio y agosto, generando dudas metodológicas sobre la medición de actividad económica
La historia del INDEC está marcada por controversias metodológicas que atraviesan distintos gobiernos. Desde la intervención durante el kirchnerismo hasta las actuales críticas bajo la gestión de Lavagna, el organismo estadístico nacional vuelve a estar en el centro de la polémica por modificaciones en series históricas que alteran el diagnóstico económico.
La polémica estalló cuando el INDEC difundió el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) correspondiente a septiembre, mostrando un incremento del 0,5% respecto a agosto. Sin embargo, lo que generó mayor escepticismo fue la corrección sorpresiva de los datos previos: julio pasó de -0,1% a +0,1% y agosto de +0,3% a +0,7%. Estas revisiones evitaron técnicamente dos trimestres consecutivos de caída, condición que define una recesión.
Economistas de diferentes tendencias cuestionaron severamente estas modificaciones. Haroldo Montagú, de Vectorial, señaló que "de los cinco puntos de crecimiento que muestra INDEC, dos corresponden a impuestos netos de servicios, una cuestión netamente metodológica". El ex viceministro agregó que "la intermediación financiera es lo segundo que crece, pero crece en detrimento de otros sectores, no es que eso financia a la economía real".
Juan Manuel Telechea profundizó en la crítica metodológica: "El tema impuestos explica el 60 por ciento del componente, eso es raro, porque no sabemos cómo lo miden. Con estas cosas, parece muy difícil ver una mejora de la actividad". Los especialistas coincidieron en que estas revisiones contrastan con la realidad empresarial y productiva, donde se observan cierres de empresas, caída del consumo y derrumbe de industria y construcción.
Christian Buteler ironizó sobre la situación: "Qué buenos números trajo el EMAE, la mayoría de los rubros crecen, además el INDEC ajustó para atrás la serie, julio y agosto también crecieron. O sea, mientras a vos te parecía que todo se hacía percha, en realidad la economía volaba".
La tensión entre los datos oficiales y la percepción de la economía real refleja una disputa más profunda sobre la credibilidad estadística. Mientras el gobierno celebra cifras que evitan la etiqueta de recesión, los trabajadores y pequeños empresarios enfrentan una realidad diametralmente opuesta, donde la intermediación financiera parece crecer a costa del aparato productivo que sostiene el empleo y los salarios.
