| ★ LATINOAMÉRICA |
(★).-Operaciones antinarco como pantalla para la destabilización regional
El bombardeo a las favelas de Brasil no es una operación antinarco aislada, sino la expresión del modelo contrainsurgente que el imperialismo norteamericano aplica sistemáticamente en Nuestra América. Cuando Lula se reunía con Trump, las fuerzas de seguridad brasileñas -herederas de la doctrina Bolsonaro- ejecutaban el "protocolo Bukele": 130 muertos, 300 heridos y cientos de detenidos en la operación más letal de la historia reciente. Este no es un hecho aislado, sino el ensayo general de la guerra híbrida que Washington despliega desde el Caribe hasta el Cono Sur, donde los cuerpos de los pobres se convierten en campo de batalla.
El costo popular es devastador: familias enteras desplazadas, adolescentes desnudos y esposados como en los peores tiempos de la dictadura, comunidades enteras criminalizadas. Las favelas, esos territorios de resistencia donde sobreviven los descartables del modelo neoliberal, son ahora laboratorios de control social. Las mujeres, como siempre, cargan con el peso de recomponer los lazos comunitarios rotos por la violencia estatal, mientras el aparato mediático hegemónico justifica el terrorismo de estado disfrazado de "lucha contra el narcotráfico".
Frente a esta ofensiva, los movimientos sociales latinoamericanos construyen alternativas desde abajo. La resistencia del MST en Brasil, las asambleas socioambientales que defienden los bienes comunes, las organizaciones de economía popular que tejen redes de supervivencia, son la verdadera trinchera contra este nuevo colonialismo. Mientras Black Rock y los fondos buitre especulan con la deuda externa, los pueblos practican la soberanía alimentaria y el comercio justo. La reciente votación en la ONU contra el bloqueo a Cuba -con apoyo masivo- demuestra que la solidaridad internacionalista sigue viva, desmintiendo la narrativa de derrota que el poder hegemónico intenta imponer.
