lunes, 1 de diciembre de 2025

PETRO EXIGE A LA OACI FRENAR EL CIERRE DEL ESPACIO AÉREO VENEZOLANO DECRETADO POR TRUMP

| ★ POLÍTICA |

(★) Colombia.- El presidente colombiano cuestiona la legalidad de la medida y advierte sobre el peligroso precedente para la soberanía latinoamericana

La soberanía aérea de los países latinoamericanos está bajo amenaza directa. En un gesto que recuerda las peores prácticas del intervencionismo histórico, Donald Trump anunció unilateralmente el cierre total del espacio aéreo sobre Venezuela, desatando una crisis diplomática que pone en jaque los principios fundamentales del derecho internacional.
Gustavo Petro, desde su doble condición de presidente de Colombia y de la Celac, lanzó un contundente cuestionamiento a la medida estadounidense. "Quiero saber, ¿bajo qué norma de derecho internacional un presidente de un país le puede cerrar el espacio aéreo a otra nación?", interpeló públicamente el mandatario colombiano. Su posición no es sólo retórica: Petro exigió a la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) convocar una asamblea urgente para abordar lo que califica como una violación flagrante a la soberanía nacional.
La decisión de Trump, anunciada a través de su red social Truth el sábado 29 de noviembre, afecta directamente los vuelos migratorios del Plan Vuelta a la Patria, que hasta ahora había permitido repatriar a casi 14.000 venezolanos en 75 vuelos. El gobierno venezolano, por su parte, calificó la medida como "una agresión ilegal, unilateral y arbitraria" que atenta contra la integridad territorial y la seguridad aeronáutica.
Lo que está en juego trasciende la coyuntura venezolana. Petro advirtió con claridad meridiana que si se permite esta acción, "se estaría cuestionando la soberanía de todos los Estados en el mundo". Su llamado a la OACI representa un test crucial para el sistema multilateral: si la organización no interviene, estaría fallando en su papel fundamental de garantizar la soberanía de los espacios aéreos nacionales.
Esta crisis aérea revela una verdad incómoda: mientras los países del sur seguimos construyendo marcos de integración basados en el respeto mutuo, las potencias del norte continúan actuando con la arrogancia de quien cree que el derecho internacional es sólo para otres. La respuesta colectiva de América Latina frente a este nuevo capítulo de injerencia definirá si realmente hemos aprendido las lecciones de nuestra historia o si seguiremos aceptando que nuestros cielos puedan ser cerrados por decreto extranjero.