| ★ ARGENTINA |
(★) EEUU.- Miles de estadounidenses salen a protestar contra la escalada militar de Trump mientras colectivos organizan jornadas mundiales de resistencia.
La amenaza bélica que pende sobre Venezuela ha despertado una ola de solidaridad internacional que encuentra eco en el corazón mismo del imperio. Mientras Donald Trump anuncia ataques terrestres "muy pronto" contra el país caribeño, movilizando 15.000 marines y gastando más de mil millones de dólares en recursos bélicos, las calles de Estados Unidos se llenan de voces que dicen "¡Basta!".
Este sábado, bajo el lema "¡Detengamos la guerra antes de que empiece!", miles de personas se congregaron en decenas de ciudades estadounidenses. Washington, Nueva York, California, Houston, Phoenix, Filadelfia, San Diego, Dallas, San Francisco, Austin y Boston fueron escenario de protestas donde resonaron consignas como "Dejar Venezuela en paz", "No a la sangre por petróleo" y "Manos afuera de Venezuela". La organización Answer, junto a una amplia coalición que incluye al Foro del Pueblo, Alianza Negra por la Paz, Codepink, Movimiento Juvenil Palestino y Socialistas Democráticos de América, convocó estas movilizaciones históricas.
Lo notable es que el 70% de la población estadounidense se opone a una intervención militar contra Venezuela, según datos de los organizadores. Las protestas denuncian que la administración Trump prepara "una gran guerra" y "una operación de cambio de régimen a gran escala" que sería "una catástrofe para la región". Los manifestantes recuerdan los pretextos inventados para las guerras de Irak y Vietnam, advirtiendo que "la idea de que Estados Unidos pueda llevar a cabo invasiones militares en el corazón de Latinoamérica sin una reacción masiva es descabellada".
La solidaridad trasciende fronteras: en Euskal Herria, la organización Askapena realizó cinco concentraciones, mientras el partido Sortu y el sindicato LAB de la izquierda abertzale expresaron su apoyo a la Revolución Bolivariana. La Federación Sindical Mundial y la Confederación Intersindical del Estado español también condenaron la escalada imperialista.
Esta resistencia popular demuestra que, pese a la maquinaria bélica, hay una conciencia creciente que rechaza las guerras por recursos. La movilización en el propio territorio del imperio marca un punto de inflexión: cuando el pueblo estadounidense se levanta contra las guerras de su gobierno, el cambio se vuelve posible. La solidaridad no es solo un gesto, es un muro de contención contra la barbarie.