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(★) Argentina.- La paritaria metalúrgica destraba tras meses de tensión con un preacuerdo que mantiene a miles de trabajadores bajo la línea de pobreza, en medio de una crisis industrial que ya costó 26.000 empleos.
La Unión Obrera Metalúrgica logró cerrar un preacuerdo salarial tras meses de discusiones y trabas empresarias, aunque el acuerdo aún no está formalizado en acta ni homologado por la Secretaría de Trabajo. El esquema pactado incluye aumentos escalonados hasta marzo de 2026, con incrementos remunerativos del 4,2% en noviembre y enero, más sumas no remunerativas que totalizan $160.000. El aumento acumulado llegará al 13% en marzo próximo.
Sin embargo, la realidad muestra que estos incrementos resultan insuficientes. Con salarios básicos actuales de $910.000 y la Canasta Básica del INDEC superando los $1.213.000, buena parte de los más de 350.000 metalúrgicos permanece bajo la línea de pobreza. Esta situación obliga al pluriempleo masivo -Uber, albañilería, changas- y a extender las horas extras donde aún se ofrecen.
Paralelamente, el sector enfrenta una crisis profunda. La UOM denuncia que desde la asunción del gobierno actual se perdieron 26.000 puestos de trabajo en la actividad, con cierres emblemáticos como Whirlpool, Essen, SKF Autopartes y KTM Motos. El sindicato acusa al gobierno de "industricidio" por una política económica que "pulveriza el entramado productivo nacional" mediante apertura indiscriminada de importaciones y ausencia de política industrial.
La contradicción es evidente: mientras se negocia un aumento que no alcanza para superar la pobreza, el tejido industrial se desmorona. La UOM responsabiliza tanto al gobierno como a sectores empresariales que, según el gremio, mantienen una "complicidad silenciosa" ante la destrucción productiva.
Quizás habría que preguntarse también si la complicidad no alcanza a la dirigencia que conduce la política gremial. ¿Dónde está la CGT?