| ★ UN DÍA COMO HOY |
(★) Cuba.- Hace 69 años, 82 expedicionarios liderados por Fidel Castro transformaron el pantano de Los Cayuelos en el crisol donde nació la Revolución Cubana, sembrando la semilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
La noche del 2 de diciembre de 1956 marcó un punto de inflexión en la historia cubana cuando el yate Granma, tras siete días de tormentas y penalidades, encalló en las costas de Playa Las Coloradas. Aquella embarcación, cargada de sueños y fusiles, se detuvo a sesenta metros de la orilla en Los Cayuelos, municipio de Niquero, dando inicio a una epopeya que cambiaría el destino de toda una nación. Los ochenta y dos jóvenes expedicionarios, agotados por el mar embravecido, se enfrentaron inmediatamente a un nuevo desafío: un pantano traicionero que amenazaba con tragarse hombres y esperanzas por igual.
Durante dos horas interminables, los revolucionarios avanzaron con el agua al pecho a través de un limo infernal que se aferraba a sus piernas, convirtiendo cada paso en una batalla contra la propia tierra. El amanecer trajo consigo el primer enfrentamiento, cuando fueron avistados por las fuerzas enemigas que abrieron fuego desde el mar y el aire. El hambre y el cansancio extremo se reflejaban en cada rostro demacrado, pero en aquellos ojos agotados ardía una terquedad distinta, un juramento colectivo que había sobrevivido al naufragio y ahora desafiaba tanto al pantano como a las balas.
De aquel barro primigenio y de la voluntad inquebrantable de aquellos hombres surgió el germen de lo que hoy son las Fuerzas Armadas Revolucionarias, herederas directas del temple forjado en el Ejército Rebelde. La hazaña trascendió a sus protagonistas individuales para convertirse en semilla y brújula de generaciones futuras, demostrando cómo un pueblo puede forjar su destino con sus propias manos. Aquel desembarco no fue solo una operación militar, sino el nacimiento de una promesa colectiva que transformaría para siempre la conciencia nacional cubana.
