| ★ POLÍTICA |
(★) Argentina.- La Plaza de Mayo fue escenario de una manifestación que encendió las alarmas en el campo de los derechos humanos. El grupo "Pañuelos Negros" realizó un acto público reclamando la liberación de militares y civiles condenados por delitos de lesa humanidad.
La movilización, encabezada por Asunción Benedit -vinculada al diputado libertario Beltrán Benedit y viuda de un militar partícipe del Operativo Independencia- busca articular distintos sectores de la "familia militar" y presionar al gobierno de Javier Milei y Victoria Villarruel para que cumplan su promesa de reivindicar a represores.
Los organismos de derechos humanos expresaron su enérgico rechazo ante lo que consideran parte de un proceso más amplio de retroceso. Gabriela Pallares, referente de la Asociación por la Memoria, la Verdad y la Justicia, alertó sobre el vaciamiento alarmante de la Secretaría de Derechos Humanos, con despidos de personal especializado, cierre de programas y desguace de archivos fundamentales para sostener los juicios.
La situación se agrava con las declaraciones del funcionario Alberto Baños ante la ONU en Ginebra, donde negó la existencia de 30.000 desaparecidos. "Que el encargado de garantizar las políticas de memoria niegue el genocidio es gravísimo", señaló Pallares, advirtiendo que estas posturas habilitan la reivindicación pública de torturadores y asesinos.
Las organizaciones insisten en que los responsables fueron juzgados y condenados por tribunales democráticos, y que pretender presentarlos como héroes es manipular la historia con fines políticos. El mensaje es claro: defender la Memoria, la Verdad y la Justicia es defender el nunca más políticas de Estado que reivindican a genocidas.
