"La historia se repite, primero como tragedia y luego como farsa"

viernes, 26 de diciembre de 2025

BOLIVIA EN LLAMAS: LA COB PLANTÓ BANDERA CONTRA EL GASOLINAZO DE PAZ

| ★ POLÍTICA |

(★) Bolivia.- La clase trabajadora boliviana responde con paro indefinido y movilización nacional al ajuste neoliberal que descarga la crisis fiscal sobre sus espaldas.

La historia se repite en Bolivia con la crudeza de un déjà vu neoliberal. La Central Obrera Boliviana (COB) ratificó este jueves el paro general indefinido y escalonado en todo el país, una respuesta contundente al Decreto Supremo 5503 del gobierno de Rodrigo Paz que elimina subsidios a los combustibles. La medida, presentada como solución a la crisis fiscal, carga el peso del ajuste sobre la clase trabajadora y los sectores populares, profundizando desigualdades estructurales.
Mario Argollo, secretario ejecutivo de la COB, anunció que la movilización continuará "pese a los feriados" de fin de año, con presencia constante de sindicatos mineros en La Paz y expansión a otros departamentos. El organismo denuncia que el decreto no solo encarece el transporte y la canasta básica, sino que "abre las puertas para que las transnacionales tomen control de los recursos naturales", enajenando patrimonio nacional. La represión estatal ya se hizo presente cuando el martes pasado fuerzas policiales dispersaron con gases lacrimógenos manifestaciones cerca de la Plaza Murillo.
En paralelo, trabajadores mineros realizaron su propio ampliado en La Paz, determinando reforzar las protestas y actuar inmediatamente si multinacionales intentan operar en el país. Jaime Solares, exejecutivo de la COB, advirtió: "Mucho cuidado, no vamos a permitir que se hagan dueños de nuestros recursos naturales". La movilización adquiere así dimensiones que trascienden lo económico, cuestionando el modelo extractivista y la soberanía nacional.
El conflicto expone la contradicción fundamental del gobierno de Paz: mientras impone austeridad a la población, el vicepresidente Edmand Lara desafía públicamente a reducir salarios de todos los funcionarios, incluidos ambos mandatarios. Esta grieta en el discurso oficial revela la hipocresía de un ajuste que nunca toca a las élites. La lucha boliviana hoy no es solo por el precio de la gasolina, sino por decidir quién paga las crisis y quién se beneficia del patrimonio común.

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