| ★ OPINIÓN |
(★) Argentina.- Los gremialistas se sorprenden al enterarse que en el capitalismo las empresas buscan maximizar ganancias, no crear puestos de trabajo.
En un giro argumental digno de una telenovela turca, la CGT acaba de descubrir que el modelo económico actual favorece las importaciones y cierra fábricas. ¡Qué novedad! Gerardo Martínez, el representante cegetista que parece haber despertado de un coma de 30 años, declara con asombro que "hay empresas que están cerrando sus puertas". No, ¿en serio? ¿En un modelo que desregula todo y abre las importaciones? ¡Qué sorpresa!
La perla del día que destapa la olla: la fábrica (de ollas) Essen que antes producía en Santa Fe ahora trae el 80% de China. Los cegetistas, que durante décadas negociaron con empresarios que ya tenían un pie en el avión, ahora se rasgan las vestiduras. Mientras tanto, el gobierno juega al "te llamo, no te llamo" con Santilli de cupido laboral. Los sindicalistas, en su eterno papel de novia abandonada, esperan la llamada que nunca llega. "Si no nos llaman, chocarán con la pared de siempre", amenaza Jorge Sola. ¿La misma pared que han chocado desde 1983 sin moverla un centímetro?
Lo más gracioso es que quieren "voltear" artículos de la reforma que limitan su poder. Como si el gobierno de Milei fuera a negociar con quienes considera parte del problema. Es como pedirle a un león que sea vegetariano.
La CGT endurece su postura... otra vez. ¿Cuántas veces hemos visto esta película? Es el equivalente gremial de "esta vez sí me voy a poner a dieta". Mientras tanto, los trabajadores siguen esperando que alguien, en algún lado, realmente los represente. ¿No será el momento de asumir la participación y el compromiso en cada uno de los lugares de trabajo y actividad social?
