OBREROS BOLIVIANOS CERCAN EL PODER: RESISTENCIA POPULAR FRENTE AL GASOLINAZO NEOLIBERAL

| ★ POLÍTICA |

(★) Bolivia.- La clase trabajadora boliviana vuelve a escribir páginas de lucha colectiva frente a las políticas de ajuste.

La Central Obrera Boliviana (COB), la mayor organización sindical del país, anunció un cerco a la plaza Murillo, epicentro político en La Paz, como medida de presión contra el Decreto Supremo 5503. Esta normativa, calificada como "maldita" por la dirigencia obrera, elimina subsidios a combustibles y facilita la entrega de recursos estratégicos a capitales privados. Miles de personas, incluyendo mineros y cocaleros, protagonizaron masivas movilizaciones exigiendo la abrogación inmediata de lo que consideran una imposición neoliberal del gobierno de Rodrigo Paz.

Mario Argollo, secretario ejecutivo de la COB, fue contundente: "Vamos a cercar todo lo que es la plaza Murillo para generar presión y que el Gobierno se toque el pecho y abrogue este decreto". La protesta se desarrolla pese a la invitación formal al diálogo extendida por el gobierno, que será evaluada en reuniones ampliadas con las bases. La COB mantiene un paro general indefinido, denunciando que la medida solo beneficia a "millonarios" y augura "días oscuros" para las familias trabajadoras.

Alfredo Llarerico, presidente de la Federación de Cooperativas Mineras La Paz, ratificó el rechazo a políticas que suspenden subsidios y entregan recursos nacionales a privados extranjeros. La plaza Murillo, actualmente resguardada por efectivos policiales y barricadas, se convierte en escenario de un enfrentamiento entre la voluntad popular y la imposición de recetas económicas que históricamente han precarizado la vida de las mayorías.

Esta movilización evidencia cómo la resistencia organizada sigue siendo el principal dique de contención frente a los embates del capital. Cuando los gobiernos aplican políticas que transfieren riqueza pública a manos privadas, la respuesta colectiva desde las calles demuestra que la conciencia de clase no se negocia ni se subasta. La lucha boliviana hoy nos recuerda que sin organización popular no hay soberanía posible.