| ★ SALUD |
(★) Argentina.- Mientras las autoridades minimizan la situación, tres casos confirmados en el país revelan la fragilidad de nuestra vigilancia epidemiológica en tiempos de recortes sanitarios.
El Instituto Malbrán confirmó la llegada de la variante H3N2 subclado K a Argentina con tres casos detectados: un niño internado en CABA y dos adolescentes de Santa Cruz. Esta subvariante, vinculada a brotes intensos en Europa, presenta mutaciones que aumentan su transmisibilidad, aunque según las autoridades no genera cuadros más graves que otras cepas estacionales.
La detección se realizó gracias a la Red Nacional de Laboratorios y Unidades Centinela, un sistema que hoy opera bajo la sombra de los ajustes presupuestarios en salud pública. Mientras Perú, Chile y Bolivia ya reportaban casos, Argentina confirma su ingreso en un contexto donde la inversión en vigilancia epidemiológica es tomada más como un gasto que una prioridad estratégica.
Los tres pacientes evolucionaron favorablemente, pero el caso del niño que requirió internación expone las desigualdades en el acceso a la salud. Las recomendaciones oficiales insisten en la vacunación antigripal para grupos de riesgo, pero omiten mencionar las dificultades de acceso a las dosis en un sistema sanitario fragmentado y subfinanciado.
La paradoja es evidente: celebramos la capacidad técnica del Malbrán para detectar variantes mediante secuenciación genómica, mientras desmantelamos progresivamente la infraestructura de salud pública que debería responder a estas alertas. La gripe H3N2 subclado K no es sólo un virus: es un termómetro que mide la temperatura de nuestro sistema sanitario, y los resultados son preocupantes.
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