"La historia se repite, primero como tragedia y luego como farsa"

viernes, 19 de diciembre de 2025

GLIFOSATO, EL FRAUDE CIENTÍFICO QUE ENVENENÓ EL MUNDO

| ★ NO AL EXTRACTIVISMO |

(★) Internacional.- La retractación de un estudio clave sobre el glifosato expone cómo la industria agroquímica compra la ciencia a su medida.

Durante 25 años, un artículo científico sirvió como escudo corporativo para defender el glifosato. Publicado en el año 2000 en Regulatory Toxicology and Pharmacology, afirmaba que el herbicida Roundup "no representaba riesgo para la salud humana". Ahora, tras un cuarto de siglo de influencia global, la revista lo retractó formalmente, revelando una trama de fraude científico orquestada por Monsanto. El estudio, citado más de 700 veces y utilizado como base para políticas regulatorias en decenas de países, tenía autores fantasma pagados por la corporación.
La retractación llegó tras investigaciones que demostraron cómo empleados de Monsanto redactaron el artículo, mientras académicos prestigiosos prestaban sus nombres. Los "Monsanto Papers", documentos desclasificados en juicios por cáncer, expusieron esta práctica sistemática de ghostwriting. La revista reconoció siete fallas críticas: exclusión de estudios independientes, falta de transparencia sobre financiamiento, y sesgo en la evaluación de evidencia sobre carcinogenicidad. Este fraude permitió que el glifosato se expandiera globalmente vinculado a cultivos transgénicos, con un crecimiento del 1.500% desde 1996.
Mientras la industria acumula ganancias billonarias -6.210 millones de dólares sólo en 2023-, las consecuencias sanitarias son devastadoras. La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer clasificó al glifosato como probable carcinógeno humano en 2015. Estudios recientes del Instituto Ramazzini confirman que dosis consideradas "seguras" provocan leucemia y múltiples tumores. Bayer-Monsanto enfrenta más de 167.000 demandas en Estados Unidos, con acuerdos por 12.000 millones de dólares. Países como Vietnam, Alemania y Luxemburgo implementaron prohibiciones totales, mientras en América Latina las resistencias son desiguales.
La ciencia neoliberal al servicio del extractivismo agroindustrial muestra su rostro más perverso: académicos convertidos en mercenarios corporativos, reguladores capturados por intereses económicos, y millones de personas expuestas a un veneno avalado por papers fraudulentos. Este escándalo exige no solo revisar urgentemente las autorizaciones del glifosato, sino cuestionar todo el modelo de evaluación científica secuestrado por las corporaciones. 

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