| ★ POLÍTICA |
(★) Venezuela.- El presidente venezolano denuncia campaña de desestabilización mientras la derecha local articula un plan de privatización acelerada
En un contexto de escalada hostil, el presidente Nicolás Maduro rechazó las amenazas de intervención y la guerra psicológica desplegada desde sectores de la derecha venezolana y sus aliados internacionales. Durante un acto público, Maduro afirmó que Venezuela "no será detenida por ninguna guerra", en alusión a las maniobras que buscan desestabilizar al país y abrir paso a una agenda de saqueo de los recursos naturales. La declaración se da en medio de una fuerte ofensiva mediática y política que intenta deslegitimar al gobierno bolivariano, con el objetivo de imponer un modelo neoliberal que ponga en manos privadas los bienes y servicios estratégicos. Desde sectores progresistas se advierte que esta estrategia forma parte de un plan más amplio de reconquista imperial, que busca doblegar a los pueblos que han optado por la independencia económica y política.
En paralelo, la dirigente opositora María Corina Machado ha sido señalada por impulsar una agenda que contempla la venta de activos del Estado, especialmente en sectores estratégicos como petróleo, gas y minería. Esta propuesta, lejos de resolver la crisis, profundizaría la desigualdad y la dependencia externa, tal como ha ocurrido en otros países de la región sometidos a recetas del Fondo Monetario Internacional.
La resistencia popular y las fuerzas leales al proceso bolivariano han ratificado su compromiso con la defensa de la soberanía nacional, rechazando cualquier forma de intervención extranjera. En este escenario, se intensifica la movilización social para proteger los logros en materia de educación, salud y vivienda, conquistados durante los últimos 25 años de revolución.
La lucha por la autodeterminación continúa, mientras el imperialismo reinventa sus métodos de dominación.