martes, 25 de noviembre de 2025

CHILE: ENTRE EL FANTASMA PINOCHETISTA Y LA ESPERANZA COLECTIVA

| ★ POLÍTICA |

(★) Chile.- La segunda vuelta presidencial define el rumbo del país trasandino entre el proyecto ultraderechista de Kast y la propuesta de unidad de Jara

La historia política chilena parece condenada a repetir sus fantasmas. Cuatro décadas después del fin de la dictadura pinochetista, José Antonio Kast emerge como la encarnación contemporánea de aquel proyecto autoritario, ahora con ropajes democráticos pero con la misma esencia excluyente. Su ascenso no es casualidad: es el resultado lógico de una transición agotada que, desde Piñera hasta Boric, administró el modelo sin transformarlo, abriendo el camino para que la derecha más dura aparezca como "solución eficiente".
En la primera vuelta, los números dibujaron un escenario preocupante. Jeannette Jara, de la coalición Unidad por Chile, obtuvo 26,85% frente al 23,92% de Kast. La sorpresa fue la alta votación de Franco Parisi (19,71%), reflejo de nuevas subjetividades pospandemia que las encuestas no capturaron. Con voto obligatorio y 85% de participación, el balotaje del 14 de diciembre se define en ese 50% del electorado que no votó por ninguno de los dos finalistas.
El proyecto económico de Kast replica el manual libertario argentino con modales más refinados. Propone recortar 6.000 millones de dólares del gasto público, reducir la carga impositiva y flexibilizar el mercado laboral. Su encuentro con José Luis Daza, viceministro de Economía de Milei, confirmó la sintonía: ambos coinciden en que el Estado debe "redimensionarse" aunque eso implique profundizar desigualdades.
Frente a esta ofensiva neoliberal, Jara construye una estrategia de unidad que busca integrar las "buenas ideas" de todos los candidatos: desde la devolución del IVA de medicamentos de Parisi hasta la reducción de tiempos de espera oncológico de Matthei. Incluso Antonino Parisi, hermano del candidato outsider, anunció que votará por Jara argumentando que "el currículum de Kast es una hoja en blanco".
Lo que está en juego trasciende las fronteras chilenas. Un triunfo de Kast significaría la consolidación de un eje ultraderechista en el Cono Sur, con sintonía ideológica completa con el gobierno de Milei. Pero más allá de las afinidades regionales, el verdadero peligro es la normalización del fascismo social: un país donde el conflicto se gobierna como crimen y la protesta como insurrección terrorista.
La esperanza colectiva reside en que Chile pueda construir una alternativa que no vuelva a entregar el poder, por acción u omisión, al mismo orden que dice combatir. La segunda vuelta no es sólo una elección: es la batalla por la memoria histórica y el futuro de la democracia en la región.