martes, 25 de noviembre de 2025

LA PARADOJA DOMINICANA: DEL LEGADO DE LAS MIRABAL A LA MASACRE FEMINICIDA ACTUAL

| ★ POLÍTICA |

(★) República Dominicana.- Más de seis décadas después del asesinato de las hermanas Mirabal, República Dominicana enfrenta una contradicción brutal: ser cuna del símbolo mundial contra la violencia machista mientras registra tasas alarmantes de feminicidios.

Nos encontramos ante una realidad que duele en la médula de Nuestramérica. Mientras el mundo conmemora cada 25 de noviembre el legado de Patria, Minerva y María Teresa Mirabal -asesinadas por la dictadura trujillista en 1960-, su propio país natal sigue sumergido en una epidemia de violencia patriarcal que parece no ceder.
Las cifras hablan de una tragedia cotidiana: 400 denuncias diarias por violencia de género, más de 160 feminicidios anuales, y un acumulado de al menos 1.802 mujeres asesinadas por razones de género en las últimas dos décadas. La general Celeste Janet Jiménez Cabral, directora de la Dirección Especializada en Atención a la Mujer, advierte que aunque los números han disminuido hasta en un 35% este año, la crueldad de los casos se ha intensificado: "Los feminicidios son cada vez más sangrientos, con más misoginia... A veces vemos muertes donde la forma en que se mata es con mucho odio".
La Dra. Francis Báez, exdirectora de Salud Mental, nos explica que esta violencia es un "suceso cultural" con raíces históricas profundas. Durante al menos un siglo, las mujeres dominicanas han sido víctimas de la violencia de sus parejas debido a la dependencia económica y la falta de autonomía. Se trata de un fenómeno "biopsicosocial" donde las conductas se reproducen generacionalmente: "Las mujeres crecieron escuchando que deben soportar, y los hombres crecieron creyendo que son así".
Pero la violencia institucional se suma a esta ecuación mortal. Amnistía Internacional denuncia que el nuevo Código Penal promulgado en agosto de 2025 perpetúa la draconiana prohibición absoluta del aborto, incluso en casos de violación, incesto o riesgo para la vida de la gestante. Astrid Valencia, directora de investigación para las Américas de la organización, señala que "el presidente Abinader consolida un legado de violencia institucional e injusticia de género".
Esta regresión legislativa ocurre en un país que tiene una de las tasas más altas de mortalidad materna en la región, donde se estima que al menos el 10% de estas muertes están relacionadas con abortos inseguros. Johanna Cilano Pelaez, investigadora del Caribe de Amnistía Internacional, subraya que "estas omisiones reflejan una visión profundamente patriarcal y machista que busca controlar los cuerpos, las decisiones y la vida de las mujeres".
Mientras el Estado ejecuta desde 2020 el plan "Una vida libre de violencia" -con líneas de emergencia, fiscalías especializadas y casas de acogida que pasaron de 2 a 20-, la prevención sigue siendo el eslabón más débil. La general Jiménez Cabral identifica factores de riesgo como los altos embarazos adolescentes y la influencia de contenidos violentos en redes sociales, mientras insiste en que "tenemos un gran desafío con trabajar la masculinidad de manera positiva".
El silencio cómplice de comunidades y familiares, disfrazado de consejo o tradición, sostiene el ciclo del abuso. Muchas mujeres solo denuncian cuando la agresión ya es física o cuando sienten "una verdadera inestabilidad hacia su vida", según la experta policial.
En esta tierra que dio al mundo el símbolo de resistencia feminista más universal, las mujeres siguen enfrentando una doble batalla: contra la violencia doméstica que las mata en sus hogares y contra un Estado que legisla para controlar sus cuerpos. Las Mirabal se convirtieron en mariposas, pero muchas dominicanas aún luchan por romper las crisálidas del machismo que las mantiene prisioneras.