| ★ POLÍTICA |
(★) Argentina.- El gobierno de Javier Milei avanza con la creación de una Policía Migratoria que concentrará el control fronterizo bajo la órbita del Ministerio de Seguridad, en lo que representa una reestructuración profunda del sistema migratorio argentino.
Según informa teleSUR, el ejecutivo reemplazará a la Gendarmería en la cobertura de seguridad en las fronteras y a la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) bajo el argumento de "profesionalizar Migraciones". Sin embargo, como señala Página 12, los beneficios de esta nueva estructura no quedan claros, exceptuando el nuevo rol represivo que asumirán estas fuerzas.
El Ministerio de Seguridad argentino confirmó que trabaja en "el diseño de la estructura, la dirección y el presupuesto" de un nuevo organismo denominado Agencia Nacional de Migraciones, que supuestamente apunta a mejorar el control y los patrullajes, especialmente en delitos como el contrabando.
Lo que resulta particularmente preocupante es que, según las fuentes consultadas, los integrantes de la Policía Migratoria -que estará compuesta por miembros de otras fuerzas- no tienen experiencia en el control de fronteras, por lo que deberán ser capacitados para ese objetivo específico.
Esta reestructuración se produce en un contexto donde tanto la PSA como la Gendarmería han sido señaladas por su participación en acciones represivas durante la gestión de Patricia Bullrich. La cartera de Seguridad justifica la medida argumentando que "lo lógico es que Migraciones controle los pasos, si no es un desperdicio", anunciando una "reasignación de recursos".
Este cambio estructural operará bajo la dirección del Ministerio de Seguridad y se enmarca en las modificaciones que está estableciendo la gestión mileísta. A partir del 10 de diciembre próximo, la nueva titular de la cartera será Alejandra Monteoliva, cuando la actual ministra Patricia Bullrich asuma su banca en el Senado.
La creación de esta nueva fuerza policial migratoria se suma a otras iniciativas del gobierno de Milei en materia de seguridad, como el anunco meses atrás del Departamento Federal de Investigaciones (DFI), una suerte de FBI estadounidense que también generó controversia.
La pregunta que queda flotando
Mientras el gobierno insiste en la necesidad de "profesionalizar" el control migratorio, las organizaciones de derechos humanos y sectores sociales se preguntan si esta nueva estructura no representa más bien una profundización del enfoque represivo sobre la movilidad humana, en un contexto regional donde las políticas migratorias se han endurecido significativamente.
La creación de esta Policía Migratoria plantea interrogantes fundamentales sobre el modelo de seguridad que se está imponiendo en Argentina y su impacto en los derechos de las personas migrantes, en un momento donde la región observa con atención las transformaciones institucionales que impulsa el gobierno ultraderechista de Milei.