martes, 9 de diciembre de 2025

A 40 AÑOS DE LA SENTENCIA QUE CAMBIÓ LA HISTORIA ARGENTINA

| ★ UN DÍA COMO HOY |

(★).- El 9 de diciembre de 1985, la justicia civil condenó a los máximos responsables de la dictadura, marcando un hito mundial en la lucha por los derechos humanos y la memoria colectiva.

El 9 de diciembre de 1985 se produjo un acontecimiento que transformó la conciencia social argentina: la lectura de la sentencia del Juicio a las Juntas Militares. Aquel tribunal compuesto por los jueces Carlos Arslanián, Ricardo Gil Lavedra, Guillermo Ledesma, Jorge Valerga Aráoz, Andrés D'Alessio y Jorge Torlasco condenó a los máximos responsables de la última dictadura, estableciendo un precedente histórico que resonó en todo el mundo. Este proceso judicial, que comenzó el 22 de abril de 1985, representó la primera vez en la historia que una democracia juzgaba a los dictadores que habían gobernado mediante el terrorismo de Estado.
La construcción de este juicio monumental tuvo sus raíces en la resistencia social que comenzó mucho antes, con la valiente lucha de organismos como Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Estas mujeres, inicialmente llamadas "las locas", fueron las primeras en romper el silencio impuesto por la dictadura, reclamando justicia por sus hijos y nietos desaparecidos. Su desesperación organizada se transformó en un movimiento social inédito que ganó calles y corazones, impulsando la posibilidad misma de los juzgamientos. La creación de la CONADEP y la elaboración del informe "Nunca más" fueron pasos fundamentales que documentaron los crímenes sistemáticos del Estado terrorista.
Durante ocho meses de audiencias, 833 testigos relataron ante el tribunal los horrores vividos en los centros clandestinos de detención. Sus testimonios, cargados de dolor y verdad, diseñaron el mapa de un infierno que incluía secuestros, torturas, violaciones, robos de bebés y asesinatos masivos. El fiscal Julio Strassera, acompañado por su adjunto Luis Moreno Ocampo, construyó una acusación demoledoramente detallada que describía "el mayor genocidio que registra la joven historia de nuestro país". La sentencia final condenó a reclusión perpetua a Jorge Rafael Videla y Emilio Eduardo Massera, mientras que Roberto Eduardo Viola recibió 17 años, Armando Lambruschini 8 años y Orlando Agosti 4 años y medio.
Lo más trascendente de aquel fallo histórico fue su punto 30, que ordenaba continuar investigando todos los delitos cometidos, rompiendo así con la estrategia inicial de juzgar sólo a los máximos responsables. Este aspecto demostró cómo los jueces, sensibilizados por los testimonios escuchados, comprendieron la necesidad de una justicia más amplia. Aunque posteriormente las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, junto con los indultos menemistas, interrumpieron temporalmente este camino, la semilla de la memoria ya había sido plantada.
Cuatro décadas después, el Juicio a las Juntas sigue siendo referencia obligada en el derecho internacional, comparado en su importancia con los Juicios de Nüremberg. Su legado permitió que, en el siglo XXI, se reabrieran las causas y se produjeran más de mil condenas en procesos por delitos de lesa humanidad. Este aniversario nos invita a reflexionar sobre la potencia social que hizo posible lo imposible y sobre la necesidad permanente de escuchar a quienes hoy, desde nuevas trincheras, defienden la vida y la dignidad humana frente a las violaciones contemporáneas de derechos. La memoria activa sigue siendo el faro que ilumina el camino hacia una sociedad más justa y humana.