miércoles, 12 de noviembre de 2025

LA REFORMA LABORAL ES UN RETORNO AL SIGLO XIX: LA CRÍTICA DE MATÍAS CREMONTE, ABOGADO LABORALISTA

| ★ ARGENTINA |

(★) Argentina.- La reforma laboral que impulsa el gobierno de Javier Milei bajo el rótulo de "modernización" implica desandar derechos que la clase trabajadora conquistó durante décadas, según el análisis del presidente de la Asociación Latinoamericana de Abogados Laboralistas, Matías Cremonte. 

El especialista advierte que el proyecto ataca centralmente la acción colectiva, debilitando tanto la negociación colectiva como el derecho de huelga, herramientas fundamentales de defensa de los trabajadores. Y señala que la propuesta del "banco de horas" implica una pérdida de soberanía sobre el tiempo de trabajo y descanso que resulta gravísima para la calidad de vida.
La negociación colectiva por empresa se convertiría en letal al permitir perforar los pisos mínimos establecidos en los convenios por actividad. Según Cremonte, el proyecto establece que sólo podrán elegirse delegados en empresas con más de 50 trabajadores —cuando hoy el límite es 10—, lo que afectaría especialmente a las pequeñas y medianas empresas donde la organización sindical es más débil. La Ley Bases ya incluyó la posibilidad de despido con justa causa por participar en medidas de acción sindical y habilitó despidos discriminatorios al limitar la reinstalación, simplemente tarifando la indemnización.
Mientras el gobierno habla de modernización, en Mondelez —multinacional dueña de marcas como Oreo y Milka— ya aplican en los hechos aspectos de la reforma: extorsionan a 700 obreros para que "donen" una semana de vacaciones bajo amenaza de explicaciones ante Recursos Humanos. Stella Cabral, congresal de la agrupación Bordó, relata cómo los supervisores encaran persona por persona con listados, mientras el sindicato responsabiliza a los trabajadores por "haber votado esto". La empresa planea un parate productivo de tres semanas donde los trabajadores quedarían en guardia permanente, sin firma de documentos, todo de palabra. Y simultáneamente, más de 1000 choferes de las líneas Moqsa, El Halcón y San Juan Bautista en el conurbano sur realizan paro porque no les pagaron los sueldos, afectando a decenas de miles de usuarios.
Cremonte desmonta el argumento oficial: "De modernización no tiene nada, se asemeja más a un retorno al siglo XIX". Argentina mantiene una de las jornadas laborales más largas —48 horas semanales fijadas en 1919— cuando casi ningún país conserva esa carga horaria. La reforma va en sentido contrario a reducir la jornada, pese al aumento de productividad tecnológica. Tiene objetivos claros como el aumento de la rentabilidad empresarial —todo lo que se resta de salario o se aumenta la jornada beneficia directamente a las ganancias patronales— y generar mayor sometimiento de los trabajadores.
¿Quiénes ganan con esta reforma? Los grandes grupos económicos como Mondelez que exportan alfajores y chocolates mientras pagan aumentos de 400 pesos por hora —medio boleto de colectivo— y extorsionan vacaciones. ¿Quiénes pierden? Los 1000 choferes sin sueldo, los 700 obreros de Pacheco, todos los trabajadores que verán debilitada su capacidad de negociación. El silencio oficial oculta que se eliminan sanciones a empleadores que no registran relaciones laborales —el único delito donde proponen quitar penas para "combatirlo"— mientras las víctimas son trabajadores y los victimarios, empresarios.
La resistencia se organiza desde abajo: en Mondelez exigen asambleas, en el transporte cortan terminales. Cremonte insiste: el derecho de huelga constitucional y la movilización son herramientas que la clase trabajadora deberá ejercer frente a un Congreso que podría sancionar una ley regresiva. El retorno al siglo XIX avanza mientras el siglo XXI clama por reducción de jornada y más derechos para trabajadores... ¿O acaso la modernización significa retroceder cien años?