miércoles, 26 de noviembre de 2025

HONDURAS: EN LA ENCRUCIJADA ENTRE DOS PROYECTOS DE PAÍS

| ★ POLÍTICA |

(★) Honduras.- En un clima de máxima tensión, Honduras se prepara para unas elecciones que marcarán el rumbo del país centroamericano. La heredera política, el showman mediático y el empresario tradicional se enfrentan en una pulseada que trasciende lo electoral para convertirse en una disputa civilizatoria.

La abogada Rixi Moncada, candidata del oficialista partido Libertad y Refundación (Libre) que marcó un giro hacia la izquierda en Honduras con Xiomara Castro, cerró su campaña denunciando un plan orquestado para desestabilizar el proceso electoral. Desde el polideportivo capitalino, la continuadora del proyecto de Xiomara Castro advirtió sobre las maniobras de la oposición para manipular el sistema de transmisión de resultados preliminares. "Vamos a derrotar cualquier intento de fraude", afirmó ante una multitud que coreaba consignas a favor de la refundación del país.
Frente a ella, dos figuras de la derecha hondureña: Salvador Nasralla, el carismático conductor televisivo de 72 años que admira a Milei y Bukele, y Nasry Asfura, el empresario constructor conocido por su frase "Papi, a la orden". Ambos acusan a Moncada de representar el "comunismo" y prometen sacar a los "ideólogos fracasados" del poder. La polarización es total, con acusaciones cruzadas que incluyen desde supuesto apoyo internacional hasta planes de fraude electoral.
La jornada electoral se perfila compleja. La divulgación de audios comprometedores que involucrarían al exgobernante Partido Nacional, funcionarias electorales y miembros de las Fuerzas Armadas ha encendido las alarmas. A esto se suma el fracaso del simulacro del sistema TREP (Sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares), generando dudas sobre la transparencia del proceso. Moncada ha instruido a su militancia para que fotografíen las actas y las trasladen físicamente a Tegucigalpa, creando un sistema paralelo de verificación.
La solidaridad internacional también está en juego. Mientras la Unión Europea y la Organización Estados Americanos envían misiones de observación, nueve congresistas estadounidenses -siete republicanos y dos demócratas- monitorearán los comicios. Sectores opositores viajaron recientemente a Washington buscando respaldo político, en lo que Moncada calificó como "limosnear apoyo" porque "aquí no tienen votos".
La tragedia tampoco estuvo ausente en esta campaña marcada por la crispación. Un accidente carretero que dejó ocho muertos y cincuenta heridos empañó los cierres de campaña, recordando la fragilidad de un país que busca su destino entre la esperanza de cambio y los fantasmas del pasado.
Estas elecciones representan mucho más que una simple alternancia en el poder. Son la expresión de una lucha histórica entre quienes defienden el proyecto refundacional iniciado por Castro y aquellos que buscan restaurar el viejo orden. La vigilancia ciudadana y la organización popular serán claves para garantizar que la voluntad del pueblo hondureño prevalezca sobre cualquier intento de manipulación. La democracia hondureña está en juego, y su defensa requiere de la movilización consciente de quienes creen que otro Honduras es posible.