viernes, 7 de noviembre de 2025

EL MAS EXPULSA A LUIS ARCE: LA CRISIS DEL PROCESO DE CAMBIO BOLIVIANO

| ★ POLÍTICA |

(★)Bolivia.-La fractura del partido gobernante revela las contradicciones internas y el agotamiento del modelo económico extractivista en Bolivia.

La expulsión de Luis Arce del Movimiento al Socialismo (MAS) marca un punto de inflexión en la historia del proceso de cambio boliviano. A dos días del cambio de gobierno, el partido que gobernó Bolivia desde 2006 decidió expulsar al presidente saliente por múltiples cargos: desvío de fondos partidarios, traición durante las elecciones generales y denuncias de corrupción no esclarecidas. Según Grover García, el presidente del MAS, Arce "desvió los fondos del MAS" y protagonizó "una traición en pleno proceso electoral al binomio", evidenciando la profunda fractura interna que llevó al partido a fragmentarse en cuatro facciones y obtener apenas el 3,17% de los votos en las últimas elecciones.

La crisis económica marcada por la escasez de dólares y combustibles constituye el telón de fondo de esta ruptura política. La dirigencia masista sostuvo que Arce y sus ministros no lograron resolver estos problemas estructurales, a pesar de las múltiples sugerencias que no fueron aplicadas. Esta situación refleja los límites del modelo económico basado en el extractivismo y la dependencia de los recursos naturales, que mostró su vulnerabilidad frente a las crisis internacionales y la falta de diversificación productiva. La pugna por el liderazgo entre Arce y Evo Morales en 2024, que incluyó una batalla legal por el control del partido, anticipaba esta implosión del proyecto político que alguna vez representó esperanzas populares.

El colapso del MAS simboliza la crisis de un proyecto que, pese a sus logros iniciales en redistribución y reconocimiento indígena, terminó reproduciendo lógicas clientelares y enfrentándose a sus propias contradicciones. La expulsión de Arce, sumada a la derrota electoral histórica, deja al movimiento ante la necesidad de una profunda autocrítica y reconstrucción. Mientras tanto, las consecuencias de esta crisis política recaerán sobre las clases populares bolivianas, que enfrentan el aumento de productos básicos, apagones y la persistente escasez de divisas, evidenciando que los conflictos internos del poder terminan siendo pagados por quienes menos tienen.