viernes, 14 de noviembre de 2025

DESPIERTA HEREDERA: CÓMO LA IZQUIERDA CHILENA JUEGA A LA RULETA RUSA CON UNA CANDIDATA COMUNISTA

| ★ OPINIÓN |

(★) Chile.- Una repetición sin fin de los errores cometidos en la región. 

Este domingo Chile vota en una farsa donde la pregunta no es "¿quién gobernará?" sino "¿qué facción burguesa administrará la crisis?" Jeannette Jara lidera con un magno 27% de intención de voto. Sí, lidera. Como el que va primero en una maratón hacia un acantilado.
La izquierda llega con una candidata comunista que se ha "distanciado" del gobierno de Gabriel Boric. Es decir: la oficialista se distancia del oficialista. El desgaste es tan profundo que cien exautoridades de la ex-Concertación llamaron a votar por Evelyn Matthei. Centristas apoyando a la derecha para evitar la izquierda. Si Marx se levantara, volvería a morirse de la risa.
Mientras, la derecha —"la más fuerte en décadas", según La Nación— se pelea como en telenovela: Kast (pinochetista de Instagram), Matthei (derecha tradicional con aroma a naftalina) y Kaiser (el Milei chilote que no llegó). Juntos superan el 50%, pero van divididos. La dialéctica es bella: cuanto más se insultan, más fortalecen el sistema que los contiene. En segunda vuelta, cualquiera le gana a Jara por 5-13 puntos.
El secreto es el voto migrante: 885,940 extranjeros habilitados, 540,000 votarían. Venezolanos, colombianos, peruanos que vinieron buscando pan y encontraron retórica vacía. ¿Votarán por la izquierda que les dio cédula pero no trabajo, o por la derecha que les promete "orden" (léase: expulsión)? La ironía: la migración que alimentó la economía podría entregarle el poder a quienes quieren cerrar las puertas.
Lo gracioso es que la segunda vuelta fue creada en la Constitución de 1980 para evitar otro Allende. Hoy, la izquierda juega a esa ruleta rusa con la esperanza de que la derecha se fragmente. Pero Kast ya aprendió: apoyará a "cualquier opositor". Matthei dice que no votaría por "una continuadora comunista". Y Kaiser venderá su apoyo al mejor postor, libertarianismo mediante.
La lección materialista es simple: las elecciones no son el campo de batalla, son el espectáculo que lo oculta. Jara es una buena candidata con currículum proletario, pero en el capitalismo tardío eso no importa. Importa quién controla los medios, quién maneja el miedo, quién promete sacar al "chorizo" del barrio sin tocar a los que especulan con el dólar. Ahí la derecha ya ganó.
Si gana Jara, lo hará con un Congreso hostil y una base que espera milagros donde sólo habrá ajuste fiscal. Si gana Kast, tendremos pinochetismo con mejor WiFi. Si gana Matthei, Piñera con falda. Y si gana Kaiser, un Milei sin dólar.
El verdadero combate está en las calles, los sindicatos, las tomas. Mientras la izquierda confunda selfies en Maipú con organización de clase, seguiremos escribiendo obituarios con nombres distintos a la misma tragedia. Vote si quiere. Pero no llore después. El capitalismo, como buen vampiro, siempre necesita sangre fresca. Y esta elección, sea quien sea el ganador, ya está decidida por quienes nunca pierden: los que tienen el capital. El resto es puro show.