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(★)Argentina.- El Grupo Budeguer ejecuta un plan sistemático de desalojo contra familias que habitan ancestralmente las Yungas jujeñas.
En el paraje Los Arrozales, departamento San Pedro, el humo anuncia la destrucción. María de los Ángeles González, referente del Movimiento Nacional Campesino Indígena, denuncia: "Nos rodearon con fuego. El humo llegó hasta la casa de mis padres, que entraron en pánico viendo las llamas a 5 metros de su vivienda de madera".
El Grupo Budeguer, a través de Productora del Noroeste SA, adquirió el ex Ingenio La Esperanza en 2019 y desde entonces avanza sobre diez mil hectáreas de bosque nativo. Las imágenes satelitales muestran que ya desmontaron un tercio del territorio.
Complicidad estatal
La empresa cuenta con permisos oficiales para "quemas controladas" que en la práctica son incendios intencionales. La Dirección de Incendios Forestales de San Pedro confirmó los permisos, minimizando el riesgo para las viviendas campesinas.
La familia González habita estas tierras desde 1906, cuando su tatarabuelo Ausalón se estableció aquí. Reclaman 41 hectáreas y media donde han vivido por generaciones. "Con los anteriores dueños nunca tuvimos problemas. Llegaron los nuevos y comenzaron los desalojos", explica María.
Estrategia de terror
El patrón se repite: destrucción de cultivos, eliminación de lugares para animales, presión constante. Las negociaciones fracasaron y ahora la empresa ha arrasado con todo sustento.
"La gente cree que en Jujuy sólo peleamos contra la minería. No es verdad: en las Yungas combatimos los desmontes y agrotóxicos", sintetiza González.
Mientras el capital avanza con máquinas y fuego, les campesines resisten defendiendo territorio, memoria y soberanía alimentaria.