"La historia se repite, primero como tragedia y luego como farsa"

lunes, 10 de noviembre de 2025

EL PLAN DE DISCIPLINAMIENTO LABORAL: DESPIDOS MASIVOS Y LA CANASTA DE HORAS COMO HERRAMIENTAS DE CONTROL PATRONAL

| ★ POLÍTICA |

(★) Argentina.- El cordón industrial de Zárate-Campana arde con despidos masivos mientras el gobierno impulsa la "canasta de horas" para convertir el tiempo libre en capital patronal disponible.

El modelo económico actual despliega un doble mecanismo de disciplinamiento laboral: por un lado, los despidos masivos en el cordón industrial de Zárate-Campana que afectan a más de 300 trabajadores en empresas como Siderca del Grupo Techint, Simpa y otras metalúrgicas; por otro, la reforma laboral que pretende introducir la "canasta de horas" como herramienta para flexibilizar la jornada laboral y eliminar el pago de horas extras. Ambas estrategias responden a una lógica común: la subordinación total de la fuerza de trabajo a los intereses del capital, donde la vida obrera se convierte en variable ajustable según las necesidades productivas.

El impacto en las comunidades trabajadoras es devastador. En Campana, familias enteras enfrentan la incertidumbre tras los despidos en Siderca, donde trabajadores con más de 25 años de antigüedad fueron expulsados del sistema productivo. La situación se agrava con el espionaje ilegal de la policía bonaerense, que filmó manifestantes y registró patentes durante protestas pacíficas, vulnerando el derecho constitucional a la protesta. Mientras tanto, la "canasta de horas" representa un retroceso histórico que elimina la jornada laboral limitada y convierte el descanso en un saldo patronal, como ya intentó implementarse en Metalsa con persecución a delegados que se opusieron.

¿Cómo salir de esta encerrona empresarial capitalista? La resistencia organizada con comités de solidaridad que articulen trabajadores, organismos de derechos humanos, movimientos estudiantiles y vecinos afectados por el impacto ambiental de las empresas. Lucha que debe incluir demandas por reincorporación de despedidos, aumento salarial, ruptura con el FMI y defensa de la soberanía energética frente al desguace del proyecto CAREM. La experiencia de Metalsa demuestra que la organización obrera puede frenar estos ataques, aunque el costo sea la persecución y el despido. El tiempo, como territorio de disputa de clase, exige respuestas colectivas que enfrenten tanto el ajuste laboral como la privatización del tiempo humano.

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