lunes, 10 de noviembre de 2025

ANCESTRALIDAD: EL RACISMO AMABLE DEL CAPITALISMO ÉTNICO

| ★ ABYA YALA |

(★) Bolivia.- La mercantilización de la identidad indígena como nueva forma de colonialismo simbólico

La asunción de la presidencia de Evo Morales en Tiahuanaco(Templo Aymara del dios Sol) en 2006 marcó un punto de inflexión en la construcción de la "indianidad" estatal boliviana. Aquella ceremonia, presentada como ancestral, funcionó como carta de presentación étnica ante el mundo occidental. Pero detrás de este espectáculo se esconde una trampa: el racismo amable que reduce a los pueblos indígenas a personificaciones de un pasado milenario.

Carlos Macusaya (Ancestralidad y racismo amable) desnuda esta operación ideológica donde tanto "pro-indígenas" como "anti-indígenas" coinciden en un presupuesto racista: que la autenticidad indígena reside exclusivamente en lo ancestral. Para les primeres, esto es admirable; para les segundes, un obstáculo al desarrollo. Ambas perspectivas comparten la idea colonial de que los pueblos originarios son incapaces de crear, pensar y transformarse históricamente.

La ancestralidad se convirtió en mercancía dentro del mercado étnico global. Se produjeron "novedades ancestrales" mezclando retazos de distintas culturas y épocas para satisfacer la demanda de consumidores occidentales ávidos de exotismo. Esta operación mercantilista desfigura la historicidad real de los pueblos, enterrando sus luchas contemporáneas bajo el peso de un pasado idealizado.

El caso del libro "Suma Qamaña" de Rafael Bautista * es paradigmático: mientras se escenificaba un ritual ancestral con un amauta, en el texto no se citaba a ningún autor aymara. El indígena como espectáculo validaba lo "descolonizador" del evento, pero seguía excluido de la producción intelectual.

Esta fetichización de lo ancestral opera como barrera cognitiva que impide comprender los cambios reales en las comunidades indígenas. Luciano Tapia, primer candidato aymara a la presidencia en 1978, murió en el anonimato mientras se hablaba hasta el cansancio de recuperar "nuestra historia".

La verdadera descolonización no pasa por validarse en lo ancestral ante los q'aras, sino por empuñar la historicidad de las luchas, transformaciones y resignificaciones culturales que protagoniza la "indiada". Poner en riesgo la identidad al intentar cambiar el mundo resulta más subversivo que rendir cuentas sobre la virginidad cultural.