miércoles, 5 de noviembre de 2025

ACERÍAS BERISSO: ANTE EL DESGUACE PATRONAL, LA RESISTENCIA OBRERA

| ★ ARGENTINA |

(★).-La patronal metalúrgica vacía la fábrica mientras los trabajadores defienden sus puestos de trabajo frente al desmantelamiento sistemático

En la emblemática planta de Acerías Berisso, donde otrora rugían los hornos siderúrgicos, hoy sólo resuena el eco del desmantelamiento capitalista. Los trabajadores denuncian que la empresa, bajo el silencio cómplice de las autoridades, está arrancando pieza por pieza los pulmones de una fábrica histórica. La conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo bonaerense resulta letra muerta: los camiones continúan entrando y saliendo como si transportaran los restos de un cadáver industrial, mientras los sueldos llegan tarde o directamente no llegan, profundizando la crisis de reproducción de la fuerza de trabajo.

El impacto en la clase trabajadora es brutal y concreto. Los obreros metalúrgicos, junto a sus familias, han montado guardia permanente frente a los portones, encendiendo fogatas y cortando la calle para impedir que sigan llevándose lo poco que queda. Carlos Lazarte, delegado de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), expresa la realidad cruda: "Nos presentamos todos los días a las seis de la mañana, nuestro horario de siempre, y las puertas siguen cerradas. Rompen la conciliación como si fuera un papel sin valor". Mientras la patronal simula quebrar y los burócratas discuten audiencias, los trabajadores vigilan cada camión que se lleva un pedazo de su historia laboral, una máquina que no volverá, transformando promesas de trabajo digno en chatarra de desposesión.

La resistencia obrera en Acerías Berisso encarna la lucha por la soberanía productiva frente al extractivismo patronal. Los trabajadores no reclaman sólo salarios atrasados: defienden el derecho a existir como clase frente al desierto industrial que pretende imponer el capital. Mientras la empresa vacía sistemáticamente la planta, los que levantaron la fábrica con sus manos y años de trabajo no están dispuestos a firmar su acta de defunción. Allí, entre el frío del acero desmantelado y la furia contenida, resiste la llama de una alternativa productiva que pone la vida por encima de la ganancia, demostrando que la organización obrera sigue siendo la trinchera fundamental contra la acumulación por desposesión.