| ★ LLAMAMIENTO |
(★)Argentina.- La Vía Campesina denuncia el retroceso de derechos y el aumento de violencia sistémica contra mujeres rurales en un contexto de crisis capitalista global y llama a la acción para el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres
El sistema capitalista patriarcal profundiza su ofensiva extractivista contra los territorios campesinos, consolidando un modelo de acumulación por desposesión que mercantiliza la vida y los bienes comunes. La crisis climática, alimentaria y económica no son fenómenos naturales sino resultado estructural de un modelo que prioriza el lucro sobre la reproducción de la vida. Las mujeres campesinas, indígenas y trabajadoras rurales enfrentan una triple explotación: como clase trabajadora, como género oprimido y como guardianas de territorios codiciados por el capital. La desigualdad salarial -82 centavos por cada dólar que perciben los hombres- evidencia cómo el patriarcado capitalista se apropia de la plusvalía generada por el trabajo femenino.
Los impactos en los sectores populares son devastadores: 676 millones de mujeres y niñas viven en zonas de conflicto, el registro más alto desde los años 90. Cada diez minutos una mujer o niña muere por violencia machista, totalizando 140 víctimas diarias. El 43% de la población mundial rural enfrenta pobreza extrema, donde las mujeres constituyen la mitad de esta población. Solo el 29% de las leyes garantiza igualdad de derechos sobre la tierra, perpetuando la desposesión territorial que sustenta el modelo agroexportador. Las guerras, genocidios y crisis climáticas agudizan esta violencia estructural, utilizando el hambre y la violencia sexual como armas de guerra contra comunidades campesinas.
La resistencia se construye desde la soberanía alimentaria y la agroecología campesina. Las mujeres rurales, como sujetas políticas de cambio, preservan prácticas agrícolas ancestrales y sistemas alimentarios locales que desafían la lógica capitalista. Su trabajo productivo y reproductivo sostiene economías territoriales basadas en la solidaridad, no en la explotación. La lucha por la reforma agraria integral y la justicia climática representa la alternativa civilizatoria frente al colapso ecológico. La Vía Campesina propone un horizonte donde la paz se construye colectivamente, desmontando las jerarquías patriarcales y coloniales que sostienen este sistema de muerte. La verdadera revolución hacia la soberanía alimentaria requiere el protagonismo de las mujeres en la defensa de la vida y los territorios.