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(★)Puerto Rico.- A 75 años del levantamiento nacionalista, Puerto Rico sigue luchando contra el maquillaje colonial del ELA(*) y la represión sistémica.
El 30 de octubre de 1950 estalló en Puerto Rico una insurrección armada que desnudó la farsa colonial tras el Estado Libre Asociado (ELA). Mientras Luis Muñoz Marín maquillaba la sumisión con autonomías ficticias, lxs nacionalistas tomaron pueblos, atacaron la Fortaleza y hasta intentaron asaltar la residencia del presidente Truman en Washington. La respuesta fue una represión brutal: aviones, guardia nacional, policías y la infame Ley de la Mordaza para criminalizar el independentismo.
El maestro Luis Manuel Santiago Torres, histórico dirigente magisterial, rescata esta memoria silenciada por los manuales escolares coloniales. Denuncia cómo el Departamento de Instrucción borró de los textos las luchas anticoloniales, mientras Muñoz Marín desmantelaba sindicatos, promovía esterilizaciones forzadas y entregaba el país al capital extranjero. "El mundo se está salvando y nosotros tocando fondo", citaba el poeta.
La insurrección dejó claras las contradicciones: frente a un gobierno colonial que se pintaba de demócrata, lxs patriotas demostraron que la libertad no se mendiga, se conquista. Hoy, 75 años después, el reclamo sigue inconcluso. Puerto Rico sigue siendo botín del imperio, con una deuda ilegítima que estrangula al pueblo y una junta de control fiscal que evidencia la falsa autonomía.
Como señala Santiago Torres, ante el crimen del colonialismo no cabe la flexibilidad. La intransigencia de Jayuya y Lares(*1) siguen siendo brújula en un archipiélago donde la independencia no es nostalgia, sino necesidad revolucionaria. La lucha continúa, porque como bien dice el maestro: "los pueblos del mundo concluyen que el colonialismo es un crimen contra la humanidad". Y ante los crímenes, sólo hay una postura posible: la insumisión.
(*)El ELA, o Estado Libre Asociado, es el estatus político de Puerto Rico desde 1952, que le otorga autonomía interna bajo una constitución propia, pero sigue siendo un territorio de Estados Unidos sujeto a leyes federales. Los puertorriqueños son ciudadanos estadounidenses y tienen un comisionado residente en el Congreso sin derecho a voto. Este estatus es un punto central de debate político en la isla, con propuestas para mantenerlo, buscar la estadidad o la independencia.
(*1)El Grito de Lares en 1868 y el Grito de Jayuya en 1950. Estos eventos se caracterizaron por la intransigencia, es decir, la firmeza en la lucha por la independencia puertorriqueña frente al colonialismo español (en el caso de Lares) y estadounidense (en el caso de Jayuya).